Como seres humanos, todos en algún punto de nuestra existencia hemos experimentado la ansiedad, siendo una respuesta natural ante una situación de amenaza o peligro, ya sea relacionado con nosotros directamente o con terceros a quienes amamos o por quienes sentimos afecto. Sin embargo, cuando esta respuesta se mantiene en el tiempo, puede afectar el actuar del individuo en el día a día, esté o no presente, la situación que lo desencadenó.
¿Qué es la ansiedad?
Ante todo, convengamos que la ansiedad significa “estado emocional desencadenado por la anticipación de peligros o amenazas”. Es una emoción básica y no primaria (como la alegría, la ira o la tristeza) porque carece de unas características propias.
La ansiedad, como mecanismo adaptativo, es buena, funcional, y no representa ningún problema de salud. Gracias a ella, nuestra especie ha logrado sobrevivir durante miles de años. Se determina por:
* La subjetividad con la que el sujeto analiza las amenazas ante una determinada situación.
* La intensidad, se relaciona directamente al nivel de excitación que se tenga en el momento.
* Las reacciones fisiológicas, ante otras emociones que pueden parecer diferentes pueden ser parecidas (fobias, angustia, miedo, etc).
Además, puede ocurrir que pese a que la situación que constituye una amenaza haya cambiado, la emoción se mantenga. Como respuesta se presenta de forma inconsciente, tal y como en el caso del perro de Pavlov, la reacción es automática. Finalmente como emoción en sí, puede desencadenar otros emociones, según cómo se evalúe la situación.
¿Cómo saber si estoy sufriendo una crisis de ansiedad?
En este sentido, determinar que existe ansiedad puede no ser tarea fácil, especialmente si cuando se presenta el episodio no es visible algún detonante inmediato (alguna situación de riesgo inminente), además algunos de los síntomas pueden ser confundidos con otras patologías, sin embargo a continuación comentamos los más comunes:
- Arritmia o elevación de la frecuencia cardíaca (taquicardia).
- Sensación de ahogo, con respiración rápida.
- Sentir un "peso" en el pecho.
- Hormigueo.
- Mareo o pérdida de la conciencia.
- Sudoración excesiva, o helada.
- Pánico, miedo de perder la vida.
- Temblores, normalmente generalizados.
Cabe destacar que a medida que la sensación de amenaza se acrecenta, se van desarrollando todos los síntomas en paralelo.
¿Cuáles son los efectos de la ansiedad?
Al sentir ansiedad, el individuo intenta por distintos medios hacer desaparecer el incómodo sentimiento de preocupación constante, recurriendo a actividades que pueden ser en algunos casos positivas: deporte, meditación, practicar algún arte. Sin embargo, no siempre es lo más común.
Contrariamente a ello, y buscando un efecto placebo se realizan actividades perjudiciales como el consumir alcohol, drogas, entrenar de forma compulsiva, o sencillamente comer en exceso, hasta sentir que nuestro cerebro y cuerpo están demasiado ocupados o agotados para centrar la atención en el sentimiento de ansiedad, aunque este realmente no desparezca.
Para cuando hemos culminado estas actividades, no solo no habrá desaparecido la ansiedad, sino que además el costo a nivel de salud que se debe pagar por ello, puede ser muy elevado, incluyendo: incremento de riesgo coronario, desórdenes alimenticios, lesiones a nivel muscular, deficiencia hepática, disminución de la calidad de vida en general.
¿Puedo prevenir la ansiedad?
La ansiedad como emoción no puede ser suprimida, pero sí podemos organizar nuestra vida, y desarrollar la inteligencia emocional en aras de facilitar a nuestro organismo que dicha emoción no se mantenga en el largo plazo, y de este modo evitar un posible trastorno.
¿Cómo puedo eliminar la ansiedad?
En Claridad recomendamos acudir a un especialista de la salud, sin embargo está comprobado científicamente que existen tratamientos alternativos que pueden ayudar a disminuir o eliminar la misma, sin necesidad de ninguna medicación.
Uno de los métodos más importantes con resultados positivos comprobados, es la meditación. Al meditar, ejercitamos nuestro cerebro, somos capaces de comprender mejor el mundo que nos rodea, así como de conocer nuestros pensamientos y reacciones ante determinadas situaciones.
En la actualidad, existen diversos programas terapeúticos conductuales y cognitivos, orientados a mejorar y disminuir los síntomas negativos de la ansiedad, entre estos se encuentran: Terapia Conductual Basada en la Aceptación (Acceptance Based Behavioral Therapy, ABBT; Roemer y Orsillo, 2002); con una mezcla entre técnicas de aceptación y meditación mindfulness, ha demostrado efectos positivos en reducción de ansiedad.
Así mismo, continuando con las terapias cognitivo-conductuales, se presenta la Terapia Cognitiva basada en Atención Plena, la cual integra algunos aspectos de Mindfulness-based Stress Reduction Program (MBSR); desarrollado por John Kabat-Zinn, especialmente para reducción de la morbilidad por enfermedades mentales agravadas, como la depresión, pero que presenta un impacto positivo para sujetos con trastorno de ansiedad.
Es por esto, que recomendamos ampliamente el uso de la meditación mindfulness, como tratamiento efectivo ante los efectos negativos de la ansiedad sostenida. Se ha comprobado que al dedicar al menos 10 minutos a la meditación diaria, los efectos positivos se vuelven palpables, no solo en la modificación de la conducta sino en la estructura misma del cerebro.
En Claridad, hemos desarrollado un curso de 12 semanas, orientado a brindarte herramientas útiles y de fácil aplicación, que ayudarán a disminuir los efectos de la ansiedad y la depresión, así como también te acompañaremos en el proceso de inmersión en el maravilloso mundo de las artes meditativas. Si deseas comenzar, haz click
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