El miedo, es una emoción básica del ser humano, y puede describirse como una alteración del ánimo que produce angustia ante algún peligro, sobretodo cuando se trata de salir de tu “zona de confort” y este puede ser producto de la imaginación o también propio de la realidad.
Algunos expertos recomiendan hacer frente al propio miedo para poder superarlo. Y seguramente sea la mejor manera de hacerlo, ya que esconderse o huir de aquello que nos produce un mal sabor de boca, no hace que desaparezca. Solo lo enmascara, como si estuviera escondido, esperando al acecho para la próxima vez.
El miedo basado en lo físico y biológico puede describirse primeramente en que los sentidos que captan el peligro, son interpretados por el cerebro y de allí el sistema límbico tiene protagonismo. El mismo, se encarga de regular las emociones de lucha, la ira, la tristeza y la conservación del individuo. A parte de todo esto, se encarga del permanente análisis de la información que viene dada de los sentidos, incluso mientras estamos dormidos para así alertarnos en caso de que exista algún peligro.
El mismo es una emoción desagradable, ya que nos hace sentir mal (aunque se dice que no es negativa, debido a que sentir emociones de este tipo es positivo, no importa cual sea). Cuando sentimos miedo, nos lleva a sentirnos también indefensos, lo que genera cierta angustia y preocupación en la persona. El miedo es complejo de vencer, pero sí se puede enfrentar y superar, poco a poco, de manera controlada y de una forma diferente.
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