¿Cómo afrontar el dolor de una pérdida, a través del mindfulness?

Nacer, vivir y morir, es el ciclo natural de la vida. Nadie está exento de pasar por el dolor de una pérdida durante su estadía en el mundo. Y es que por mucha pena y dolor que esto pueda traer a nuestras vidas, hay que continuar. 

 

Si estás leyendo este post, posiblemente hayas perdido algún ser querido, amigo, familiar, pareja, hijo, mascota. Es cierto que toda pérdida es irreparable, pero podemos elegir entre sumirnos en el dolor y el agobio, o afrontar la pérdida desde la aceptación. 

 

Cuando me refiero a la aceptación, no me refiero al olvidar, sino a eso, aceptar que aunque ese ser importante para ti ya no está en este plano físico, hará siempre parte de tu vida, aunque ya no le puedas ver. 

 

Soy plenamente consciente de que decirlo, puede resultar más sencillo que hacerlo, porque al igual que tú, he pasado por esta triste y dura experiencia de perder seres que he amado. Hace unos 3 años, perdí en el mismo año a mi tío, mi abuelo y mi primo. 

 

Dicen que cuando una persona fallece, nos deja un vacío, un hueco que se nos queda en el corazón, y que cala hasta lo más profundo de nuestra alma. Hoy luego de haber empezado a practicar el mindfulness, creo firmemente que no hay vacío, es sencillamente un ciclo que se cumple, pero ese hueco estará siempre lleno, porque cuando se ama, se vive eternamente en el corazón de quien ama. 

 

Me hubiese gustado, para ese año tan nefasto, haber contado con una herramienta como el mindfulness, pero sencillamente era desconocedora de la misma. Me tocó transitar por el dolor de la pérdida, de un modo doloroso, con un proceso de recuperación lento y difícil. 

 

Aún recuerdo cuando ante la morgue del hospital, veía a mi madre llorando como un bebé de 5 años, a quien le quitan lo que más ama. 

 

No puedo explicar, los distintos niveles de dolor, congoja y pena que sentí. Dolor de ver a mi familia sufrir.  Culpa, por no haber visitado a mi abuelo y rabia por lo injusto de la vida al quitarnos a un ser amado, tristeza porque no le volvería a ver.

 

Pasaron noches largas, colmadas de insomnio y llanto. Pesadillas interminables y cuando lograba dormir, donde lo veía y me sentía peor aún porque no recordaba la última vez que le vi, lo abracé o le dije cuánto le amaba. 

 

Pero el tiempo pasó, y logré conocer a alguien que me puso de frente con una posibilidad, de mejorar y transformar mi vida. Esa persona, me ofreció la oportunidad de conocer más sobre mí como persona, explorar mi mente y aprender que poseo la capacidad de sobreponerme a las dificultades y encararlas desde la contemplación y la aceptación.

 

Si hace un año, incluso unos meses me hubiesen dicho que sería capaz de  pasar varios minutos de mi día meditando, me habría reído y probablemente le habría tomado por loco. Pero lo cierto, es que he encontrado en la meditación, paz, calma y una sensación de mejora, que me ha permitido manejar con mayor inteligencia situaciones difíciles. 

 

Creo firmemente que el mindfulness, hubiese sido útil en el momento que perdí a mis seres queridos, ya que he logrado ganar un mejor conocimiento sobre mis sentimientos, control de mis emociones. 

 

Hoy, cuando encaro situaciones en las que anteriormente me habría molestado, o reaccionado de modo impulsivo, elijo analizar y revisar la acción a tomar. Soy consciente de la capacidad que tengo para filtrar mis palabras, a través de la compasión, desde el amor a mí misma y hacia los demás. 

 

Ante todo, es importante saber que no es una varita mágica, es una herramienta potente. El mindfulness no eliminará el dolor, te ayudará a manejarlo de modo que puedas continuar con tu vida, sin juzgar ni vivir anclado en el pasado. 

 

Nadie mejor que tú, podrá comprender lo que sientes, y existen muchos factores que influyen en el nivel de dolor que puedas experimentar por tu pérdida, tal y como el vínculo que tenías con la persona, con quienes padecen dicho dolor, la causa de su muerte, las condiciones de vida de cada uno, entre otras. 

 

Pese a que las condiciones varían, existen puntos en común entre quienes hemos sufrido con el dolor de una pérdida de un ser querido. Tal y como tú, existen otras personas que están experimentando el mismo dolor, no estás solo, y es importante recordarlo en todo momento. 

 

En principio puede resultar atemorizante o incluso poco atractiva la idea de sentarte a solas con tus pensamientos, ya que muchos de ellos probablemente te lleven a evocar recuerdos ligados con la muerte. Pero cuando reunimos el coraje para sentarnos a solas con nuestro dolor, nos encontramos con un ambiente en el cual nuestros pensamientos pueden ser escuchados, experimentar nuestras emociones, y empezar a sanar. 

 

Cuando te das la oportunidad de salir de la confusión, prestando atención a lo que ocurre en tu mente, lograrás conectarte mejor contigo mismo, recordar a quien has perdido desde el amor, conectarte con quienes como tú están pasando por el mismo dolor, y finalmente con una perspectiva renovada sobre la vida y el mundo que nos rodea. 

 

A mí me tomó años, llegar a comprender muchas de estas cosas. Espero que tú, logres emplear esta herramienta en tu tránsito por el dolor de la pérdida, y logres salir fortalecido y con una perspectiva distinta. Abre tu mente, tu alma, tu corazón, permítete sentir y libérate del dolor.